Ceremonia
La noche es el lugar de las promesas, nos transforma en danza de luciérnagas, apenas un murmullo en la memoria. Se oscureció el fondo mío, el límite de mi alfabeto. Pronto mis brazos serán hogar de las mareas, curados del insomnio con furor, habitados hasta el final de la tormenta. Digo otoño, digo mayo, y también digo, para que sigas siendo mío, que eres los versos del libro perdido. Acaricia mi sombra que es tu sombra que es un espejo y que es melodía. Medio día escondido en una habitación, donde el áspero viento nada oye. Póstrate ante el sueño, el hilo que la conciencia humedece, ahí donde la gravedad se ausenta.