El don oscuro
He aquí las ruinas de un mundo roto, un mapa sin signos, el viento corriendo a la deriva. He aquí el templo, y yo ofreciendo mi corazón licántropo. Hoy es la noche de las elegías, la noche del amparo, la noche llamando cruzar al otro lado de la luna. Busco su nombre en los bordes del océano, en las lágrimas del campanario, en los campos de lavanda, en la memoria del romero. Ella es el sauce a la orilla del río, es la flor que guarda las piezas pérdidas de este cuerpo. Es la oscuridad filtrando la luz, la luz señalando los caminos, ella es la guardiana de los caminos.