Retroceder

Retroceder y regresar a tu nombre, contemplar la extraña emancipación de mis ojos, mirar de lejos mi cuerpo: mis manos que sólo se tienen a ellas, mis piernas temblando, mi boca gritando. Contemplación de la lejanía a través de tu voz, el veneno que nunca busco pero siempre hallo.

Siento el aire a mis cabellos acariciando, la suave y triste luz de las calles, se asoma a mi mirada la negra misión: pelear contra mi misma. Siempre he hallado un lugar donde esconderme, pasar por los muros, caminar sobre el aire, buscar la piel que encienda el cansancio de los años.

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