Compañia
Con los brazos extendidos, y la luz escondiendóse de tus pupilas, parece que entre mi piel tienes el sabor de todas las frutas. El ojo descosido, llorando busca su río, entre ese olor a bosque guardado entre tus manos. Quieres hacer reir al viento con tu corazón de niño. Sabes del dolor de la vida, del error no cometido, de la certeza nunca habida. Nieto de gitanos creciste como un pájaro escondido entre árboles de todos los colores, entre musas que se rompian como los violines cortan el silencio. Una luz sorda parece crecer dentro de esta carne hambrienta. Abrir los ojos, después del sueño, y vivir aunque el sol se ponga.
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